Lecciones de un profesor para moverte más en la ciudad | Movilidad Saludable
Lecciones de un profesor en movimiento: cómo incorporar la actividad física en la vida urbana
El profesor Héctor Ramírez nunca había sido amigo del auto. No porque no pudiera tener uno, sino porque siempre prefirió moverse a pie o en bicicleta por la ciudad. Profesor de historia en una escuela secundaria del centro, Héctor tenía fama entre sus alumnos por dos cosas: sus anécdotas apasionantes y su constancia en caminar.
Cada mañana, el profesor cruzaba a pie las calles arboladas de su barrio, recorría un tramo en bicicleta hasta la estación de tren, y luego caminaba desde la terminal hasta la escuela. Un ritual diario que parecía simple, pero que le daba más beneficios de los que uno imagina.
“Caminar me despeja la mente y me ayuda a pensar mejor las clases. Muchas de las ideas para mis relatos históricos surgen en esos trayectos”, contaba Héctor a sus alumnos. Más de una vez, los jóvenes le preguntaban cómo hacía para mantenerse tan activo a pesar de sus sesenta años. Su respuesta era sencilla: “No es cuestión de hacer grandes cosas, sino de moverse un poco todos los días. La ciudad es un gimnasio a cielo abierto, solo hay que aprovecharlo”.
Con el tiempo, Héctor comenzó a dar pequeñas “lecciones de movilidad” en las tutorías. Les enseñaba a los chicos rutas seguras para ir caminando o en bici a la escuela, cómo combinar transporte público con caminatas, y la importancia de moverse para la salud.
Lo que empezó como un comentario suelto se convirtió en un proyecto escolar: “Movámonos mejor”. Los estudiantes comenzaron a registrar sus desplazamientos activos en un mural del aula. Algunos padres se sumaron. El profesor no solo estaba enseñando historia, sino también hábitos saludables.
Lecciones que nos deja el profesor Héctor para aplicar en nuestra vida urbana:
- Caminar al menos 20 minutos diarios. Si el trabajo o los estudios quedan lejos, podemos bajar una parada antes del transporte y caminar el último tramo.
- Explorar rutas seguras y agradables. No todas las calles son iguales. Buscar circuitos con sombra, parques o veredas amplias.
- Combinar transporte público con caminatas. Nos ayuda a ahorrar combustible y reducir el estrés del tráfico.
- Convertir el movimiento en hábito. No pensar en “hacer ejercicio”, sino en “moverse más”: subir escaleras, hacer compras a pie, visitar plazas.
- Compartir el ejemplo. Lo que hizo el profesor Héctor se puede replicar en familias, escuelas, oficinas.
“Una ciudad más caminada es una ciudad más vivida”, decía el profesor Ramírez. Cada paso que damos no solo cuida nuestra salud, también transforma el modo en que habitamos los espacios urbanos. ¿Y tú? ¿Qué pequeña acción puedes incorporar hoy para moverte mejor en tu ciudad?
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